Al término de ese partido en que Pumas UNAM cayó ante FC Juárez en la Semifinal de la Copa MX Clausura 2019, poco podía imaginar Bruno Marioni que un corte de imagen, un choque con un aficionado, se convertiría en un factor clave para su salida como director técnico.
La frustración deportiva —la eliminación, la presión, el ambiente adverso— era ya una realidad. Pero lo que siguió añadió un capítulo inesperado: un altercado a la vista de muchos que no quedó sólo como anécdota.

En una entrevista reciente para el podcast Vamos Show, Marioni abrió el baúl del recuerdo y puso sobre la mesa un punto de inflexión que hasta ese momento había estado envuelto en especulación. Fue ahí donde admitió que el incidente en Ciudad Juárez no fue solo un accidente aislado, sino un episodio que definió su ciclo al frente de los universitarios. “Ese choque me marcó”, dijo, reconociendo que la repercusión fue mayor de lo que él inicialmente pudo imaginar.
Ahora, con algo de distancia y una mirada retrospectiva, Marioni comparte su versión: la provocación del aficionado, la reacción impulsiva, el cuerpo técnico que se expone… Todo ello confluyó en una tormenta que, él cree, le costó la confianza de la directiva y, en consecuencia, su continuidad. Este es su testimonio, el relevo de lo que se vivió ese día y las consecuencias que vinieron.

Contexto del incidente en Juárez
El escenario fue el estadio de Juárez, al término del partido que definió la Semifinal de la Copa MX. Pumas acababa de quedar eliminado por el conjunto local, lo que ya generaba un ambiente tenso: jugadores, cuerpo técnico y afición removidos por la derrota. En ese clima, Marioni se retiraba hacia zona mixta cuando un aficionado de Juárez, identificado como Jesús Manuel Guzmán, se le acercó para pedirle una fotografía y obtuvo una negativa. El aficionado relató que tras el “no”, le dijo al técnico “antipático”, lo que derivó en un forcejeo: “Le pedí una foto… me dijo que no. Le dije que por eso perdieron, porque eres antipático… me tiró dos o tres golpes y forcejeamos”.
Por su parte, Marioni reconoció públicamente su reacción. En aquel momento comentó: “En el camino a la conferencia de prensa, los entrenadores debemos pasar por en medio de la tribuna. Lamentablemente se dio una agresión de algunos aficionados a la cual respondí y no voy a justificarme el haber devuelto la agresión. Pido unas disculpas al aficionado que me agredió y me dio una patada… Lamento mucho el hecho.”
De modo que el incidente quedó registrado: provocación al técnico + respuesta del técnico + investigación disciplinaria por parte de la Federación Mexicana de Futbol (FMF).

Marioni reconoce que fue el final de su ciclo en Pumas
Ya con cierta distancia de los hechos —y de su paso por Pumas— Marioni fue contundente al hablar en el podcast Vamos Show. Según su versión, ese día constituyó el quiebre:
“Ese choque me marcó”, afirmó, refiriéndose al altercado de Juárez como “una de las circunstancias que definieron que mi etapa en Pumas acabara así”.
Al decir esto, Marioni ubicó el incidente no como un hecho aislado sino como un factor determinante en decisiones mayores: la pérdida de confianza, una directiva que ya comenzaba a tener dudas, y un cuerpo técnico que no pudo recuperar momentum.

En la charla también expresó: “Yo me hubiera quedado toda la vida en Pumas… pero hubo algo que se rompió”.
Este testimonio se suma a lo que ya se conocía: que su salida del club universitario fue abrupta y dolorosa. Un proceso de apenas unos meses al mando —fue cesado el 16 de mayo de 2019.
Lo que antes se entendía como una combinación de resultados negativos, presión institucional y frustración deportiva, ahora incluye un episodio concreto cuya trascendencia Marioni pone en relieve. Ya no sólo se trataba de perder un partido: se trataba de la exposición pública de un técnico que reaccionó de manera impropia, y las consecuencias institucionales que eso conlleva.

Repercusiones para el club y el entrenador
Para Pumas, el incidente abrió una doble lectura: por un lado, una eliminación deportiva que implicaba un golpe; por otro, un tema de imagen y conducta que saltó del campo al entorno del club. Para un entrenador en funciones, responder a agresiones de aficionados no sólo implica sanciones disciplinarias —como la suspensión estaba contemplada en este caso—, sino también una merma en la percepción de liderazgo y control.
Para Marioni, la consecuencia fue personal y profesional. Con la entrevista de Vamos Show deja ver que su salida de Pumas no fue únicamente resultado de bajas en el rendimiento deportivo: fue el producto de una acumulación de factores, pero entre ellos destaca este episodio como catalizador. Según él, fue el “punto de quiebre” en una gestión que apenas duró unos meses, aunque para muchos la impresión quedó de que fue más por los resultados que por el suceso puntual.




