Un vendaje cubría el corte en el puente de la nariz de Dan Quinn, entrenador de los Washington Commanders, tras un accidente en la línea lateral con su quarterback Marcus Mariota, durante la victoria por 41-24 sobre Las Vegas. La colisión ocurrió al final de la primera mitad y dejó a Quinn con sangre en la nariz y el bigote, aunque sin necesidad de suturas.

El accidente en la línea lateral
Con menos de diez segundos para el final del segundo cuarto, Mariota fue empujado fuera de los límites al final de una carrera corta y chocó directamente contra su entrenador. Quinn cayó hacia atrás y golpeó la parte posterior de su cabeza en el suelo, dejando su rostro ensangrentado. “Probablemente como te lo imaginas. No quiero que vuelva a suceder”, declaró el coach sobre el golpe recibido de un jugador de seis pies cuatro pulgadas y 222 libras corriendo con impulso.
El propio Mariota, quien tuvo su primera titularidad desde 2022 reemplazando al lesionado Jayden Daniels, expresó: “Me sentí tan mal. Estaba tratando de sostenerlo tanto como podía. Pero se levantó como un campeón”. El mariscal de campo recordó que en el medio tiempo los médicos vendaron a Quinn, quien de inmediato restó importancia a lo sucedido y motivó al equipo para continuar.
Dan Quinn. That’s my coach pic.twitter.com/aQGo7nirGj
— Rudy Gersten (@DCBarno) September 21, 2025
El impacto en el vestidor
Quinn se limpió la sangre del rostro mientras caminaba hacia el vestuario con una ventaja parcial de 20-10, después de que Matt Gay anotara un gol de campo de 56 yardas para cerrar la primera mitad. La escena fue un ejemplo de la resiliencia del entrenador, que inspiró a sus jugadores. “Eso solo representa quién es él… Te derriban, te levantas y sigues adelante. Literalmente hizo eso”, destacó el linebacker Bobby Wagner, quien trabajó con Quinn en Seattle.
“Fue como una película. Lo golpearon bastante fuerte. No tenía protecciones. Nada. Se levantó”, agregó Wagner, recordando que mientras atendían al coach no sabían si podría volver. “Y entonces, él sale de la nada y dice: ‘¡Yo me encargo!’ Fue un momento genial. Lo recordaré para siempre”. Cuando se le preguntó sobre las palabras de Quinn en el descanso, Wagner sonrió y dijo: “No sé si puedo repetir esas palabras. Muy colorido”.





