Los ciclistas de la Vuelta a España votaron por continuar compitiendo, pero no descartaron abandonar el Grand Tour si las protestas pro-palestinas continúan interrumpiendo la carrera.
La 17ma etapa del miércoles terminó sin incidentes mayores después de que las autoridades limitaron el número de personas que podían llegar a la cima donde se encontraba la meta. Se vieron un par de banderas palestinas, pero nadie intentó interrumpir la carrera.

Los ciclistas decidieron seguir adelante, pero se reunirán nuevamente si otra protesta pone en peligro su seguridad en los últimos días de la ronda de tres semanas que está programada para finalizar el domingo en Madrid.
La Asociación Internacional de Ciclistas (CPA por sus siglas en inglés) informó que la votación fue solicitada por los ciclistas e involucró a representantes de los 23 equipos que compiten en la Vuelta este año. La mayoría decidió seguir compitiendo, y aquellos que votaron en contra aceptaron la decisión. No se dieron más detalles.
La votación se produjo un día después de que los organizadores se vieran obligados a acortar una etapa debido a manifestantes que exigen la retirada de un equipo con sede en Israel de la carrera. Fue la segunda vez que una etapa se acortó debido a las protestas. Hubo una pequeña protesta de personas con banderas palestinas al inicio de la 17ma etapa del miércoles, pero no afectó la carrera.

Los organizadores no descartaron acortar nuevamente la etapa de 143 kilómetros para proteger la seguridad de los ciclistas. No tener demasiados aficionados en la colina cerca de la línea de meta de la etapa de media montaña ayudó a evitar más protestas.
La 18va etapa del jueves será una contrarreloj individual en Valladolid, lo que podría plantear más problemas para los organizadores.




