La oficina escarlata volvió a mover el mercado: el bullpen suma a Kevin Gowdy y el lineup incorpora a Carlos Pérez, un receptor con “fuerza y experiencia de Grandes Ligas”. Los dos movimientos responden a necesidades inmediatas del equipo en la recta final del calendario de la LMB 2025, donde los Diablos Rojos del México buscan blindarse para cerrar arriba y pensar en octubre con plantel profundo y versátil. En paralelo, el calendario aprieta y obliga a tomar decisiones quirúrgicas, sobre todo en el pitcheo de relevo.
La llegada de Gowdy se explica en la lógica de un bullpen que ha tenido picos y valles. El derecho californiano (R/R, 1.93 m) fue segunda ronda del Draft 2016 por Filadelfia y este mismo 2025 lanzó en Triple A con Buffalo (Blue Jays), dejando trabajo de 33 apariciones como relevista, experiencia valiosa para el séptimo, octavo y noveno inning. Perfiles así —brazo largo, slider de swing & miss y temple— suelen adaptarse bien a las urgencias del relevo en la pelota de verano.

En ofensiva, Carlos Pérez ofrece una combinación seductora: poder real y oficio detrás del plato. Formado en el sistema de Chicago White Sox, con debut de MLB y pasos por Charlotte (AAA), el venezolano llega en modo “cañonero”, etiqueta ganada por su producción reciente y por sus herramientas para controlar el juego: recepción, manejo de staff y un brazo respetable. Para un equipo que aspira a la Serie del Rey, tener un catcher que batee extra bases y sepa conducir pitcheos de alta presión es diferencial.
“El bullpen toma fuerza con la llegada de Kevin Gowdy. Presencia, control y sangre fría en la lomita ¡BIENVENIDO AL INFIERNO!” — Diablos Rojos del México, en redes sociales.
“Con fuerza y experiencia de Grandes Ligas, llega un cañonero al infierno. El receptor Carlos Pérez ya es Diablo Rojo. ¡Bienvenido!” — Diablos Rojos del México, en redes sociales.
Kevin Gowdy: un relevista de 2ª ronda con bagaje Triple A
Gowdy, elegido 42 global en 2016 por los Phillies, ha recorrido un camino exigente entre Phillies, Rangers, Dodgers y Blue Jays. En 2024 trabajó en Oklahoma City (AAA, Dodgers) y en 2025 pasó a Buffalo (AAA, Blue Jays), acumulando decenas de salidas desde el bullpen. Su mix incluye recta que se mueve, slider competitivo y cambio ocasional; el perfil encaja para entrar a apagar incendios o cubrir múltiples outs en entradas medias, una necesidad constante en series de tres juegos y viajes seguidos.

Más allá de la foto del año, lo relevante es el tipo de brazo que incorporan los escarlatas: un relevista acostumbrado al tráfico en base, con kilometraje en parques hostiles de Triple A y una curva de aprendizaje que suele acelerar al pisar la LMB, liga que premia la agresividad en la zona y castiga las dudas. Con un bullpen que ya recibió refuerzos de experiencia MLB este verano, el movimiento por Gowdy mantiene la misma línea de elevar el piso del relevo.
Carlos Pérez: poder y oficio detrás del plato
Carlos Jesús Pérez (Valencia, 1996) llega con etiqueta de receptor de poder. Con los White Sox debutó en Grandes Ligas y, en su etapa reciente, dejó numeritos de impacto en la liga mexicana: promedios altos y producción de extrabases que respaldan la narrativa de “cañonero”. En su perfil oficial se consignan sus premios en ligas menores y su rendimiento ofensivo en 2025, credenciales que justifican una inmediata inserción al corazón del lineup.

En la gran carpa, Pérez registró apariciones entre 2022 y 2023 con Chicago, experiencia que se traduce en lecturas de pitcheo y manejo de juego. Sus hojas en Baseball-Reference/FanGraphs confirman tanto su paso por MLB como el tipo de bate que aporta: slugging por encima del promedio de un catcher defensivo puro y capacidad para castigar fallas en zona. Para los Diablos, representa doble valor: bate diestro de poder y un game-caller capaz de ordenar al staff.
Lo que sigue para el México Rojo: cerrar fuerte el calendario
El calendario oficial marca semanas intensas en el Estadio Alfredo Harp Helú y giras clave antes de playoffs. En ese mapa, un relevo con más variantes y un receptor que eleve el piso ofensivo detrás del plato son movimientos coherentes con la ambición del club de defender su estatus de potencia en la LMB 2025. Cada serie cuenta, y la directiva ha respondido con refuerzos de perfil inmediato, pensados para producir desde ya.





