El nombre de Daniel Arizmendi López, mejor conocido como El Mochaorejas, volvió a sacudir a México. A pesar de haber pasado casi tres décadas tras las rejas por secuestro, una jueza federal lo absolvió y ordenó su inmediata libertad... pero no podrá abandonar la cárcel. Al menos, no todavía.
La jueza Raquel Ivette Duarte Cedillo, titular del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal en el Estado de México, determinó que los elementos presentados por la entonces PGR no fueron suficientes para acreditar su responsabilidad en un caso de secuestro ocurrido en 1997.

“El juicio de reproche no es procedente […] se absuelve de la acusación ministerial a Daniel Arizmendi López en la comisión del delito de privación ilegal de la libertad, en la modalidad de secuestro”, se lee en la sentencia presentada por Milenio.
Incluso se cita la declaración de un padre que lo identificó tras verlo en la televisión negociando la liberación de su hijo mutilado. Pero, según la jueza, no hubo pruebas sólidas que ligaran directamente a Arizmendi con el crimen.

Su condena ya está compurgada
Arizmendi sólo fue hallado culpable de violar la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, por lo que se le impuso una pena de ocho años de cárcel y 500 días multa (13 mil 225 pesos). Pero al haber pasado 27 años en prisión, ya cumplió esa condena.
Eso sí, no saldrá del penal por ahora, ya que enfrenta otros procesos penales. El fallo únicamente le da libertad respecto a esta causa penal. El Centro Federal de Reinserción Social 14 CPS-Durango, donde está preso, fue notificado de inmediato.

También amparan a su pareja
Días antes, Dulce Paz Venegas Martínez, pareja sentimental del secuestrador, fue amparada por un Tribunal Federal. La justicia determinó que su caso debía haber sido juzgado en el fuero común, no en el federal. Ella fue detenida con Arizmendi el 17 de agosto de 1998.
Con este fallo, queda en el aire si eventualmente El Mochaorejas quedará libre, lo que ya ha generado preocupación, indignación y debate en redes sociales.

¿Quién es el Mochaorejas?
En los años 90, su nombre provocaba escalofríos. Daniel Arizmendi López, alias El Mochaorejas, se convirtió en uno de los criminales más temidos de México gracias a su brutal modus operandi: mutilar a sus víctimas cortándoles las orejas para presionar a las familias a pagar el rescate. Pero su historia empezó mucho antes de las mutilaciones.
Nacido el 22 de julio de 1958 en Morelos, Arizmendi fue detenido desde joven por robo de autopartes y vehículos. Tras salir de prisión, se mudó con su hermano Aurelio a los suburbios de la Ciudad de México, donde terminarían involucrados en el crimen organizado. Fue ahí donde un viejo secuestrador apodado “La víbora” los introdujo en el mundo del secuestro exprés.

El plan era sencillo y sangriento: raptar a un empresario, exigir un jugoso rescate y deshacerse de la víctima. Aunque los familiares pagaron, el hombre fue asesinado y abandonado en una calle de Chalco. “Habían empezado una carrera mortal con un trágico modus operandi”, relatan conocedores del caso.
La facilidad con la que obtuvieron dinero los convenció de escalar. Los hermanos Arizmendi formaron su propia banda de secuestradores, reclutando a familiares y amigos cercanos para mantener a las víctimas en casas de seguridad, negociar los rescates y cobrar los pagos. Pero Daniel fue más allá: comenzó a cortar las orejas de los secuestrados para enviarlas como advertencia. Así nació su infame apodo.
Su crueldad, precisión logística y red de complicidades lo mantuvieron impune por años, hasta que finalmente fue capturado en 1998. Hoy cumple una larga condena, pero su leyenda macabra aún habita el imaginario colectivo del país.




