Las imágenes de un perrito callejero acostado sobre una cobija, la cual le fue arrebatada por un hombre, circularon hace unos días en redes sociales. El hecho ocurrió en la colonia San Ignacio, alcaldía Iztapalapa, y provocó una oleada de reacciones por parte de usuarios que exigieron ayuda para el lomito, identificado como “Blacky”.

El material mostraba cómo el animal permanecía quieto y confiado hasta que un sujeto se acercó y tomó la cobija que lo protegía del frío, sin mostrar compasión alguna. El caso, rápidamente viralizado, impulsó a organizaciones animalistas a intervenir.
Proceso de adopción de "Blacky"
El colectivo “Perritos y Gatitos en Apuros CDMX” se movilizó para localizar a Blacky y garantizar su bienestar. Esther Díaz, representante del grupo, explicó que “nosotros no podemos adoptarlo, tenemos una casa sin patio. El propósito era que tuviera un hogar fijo y no padeciera las injusticias”.
Gracias al interés ciudadano, en pocos días una familia decidió abrirle las puertas de su hogar. Angie RS, persona cercana a la asociación, fue quien contactó a quienes finalmente adoptaron al perrito, y personalmente lo entregó junto con su caja, en la que se sentía seguro.
La historia, que comenzó como una muestra de abandono y crueldad, dio un giro positivo gracias a la solidaridad colectiva.
El caso de Blacky demostró que el poder de las redes sociales, cuando se encauza con empatía, puede transformar realidades. De dormir en la calle a tener una cama y una familia, el perrito que fue despojado de su cobija hoy tiene una nueva oportunidad.





