El cierre del gobierno de Estados Unidos, que llegó este viernes a su décimo día, escaló a un nuevo nivel de crisis política: la Casa Blanca confirmó el inicio de despidos masivos entre trabajadores federales, una medida que el propio Donald Trump defendió como una forma de “presionar” a los demócratas en el Congreso.
Russ Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), publicó en la red social X que los “RIF han comenzado”, refiriéndose a los planes de reducción de personal.
Según documentos internos de la oficina, más de 4 mil empleados serán despedidos de distintas dependencias, con los mayores recortes en el Departamento del Tesoro (1,400 trabajadores), Salud y Servicios Humanos (1,100) y Vivienda y Desarrollo Urbano (400).

El anuncio marca una ruptura con los protocolos tradicionales, ya que durante un cierre gubernamental los empleados son suspendidos temporalmente y reincorporados con pago retroactivo cuando termina la parálisis administrativa.
“Mucha gente perderá sus empleos”
En declaraciones desde el Despacho Oval, Trump confirmó la medida y anticipó que los despidos continuarán.
“Será mucho, y anunciaremos los números en los próximos días. Pero será mucha gente”, dijo.
El mandatario aseguró que los recortes se concentrarán en áreas “inclinadas hacia los demócratas”, sin ofrecer detalles.
“Estas son personas que los demócratas querían, que, en muchos casos, no eran adecuadas. Muchos de ellos serán despedidos”, sentenció.

Sus declaraciones provocaron rechazo inmediato tanto de demócratas como de varios republicanos del Congreso, que consideraron la decisión como un abuso de poder y una acción punitiva contra los trabajadores federales.
Republicanos también critican la decisión
La senadora republicana Susan Collins, presidenta de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias, expresó su oposición:
“Me opongo firmemente al intento del director de la OMB de despedir permanentemente a trabajadores federales suspendidos debido a un cierre del gobierno completamente innecesario”.
Por su parte, la también republicana Lisa Murkowski calificó el anuncio como “inoportuno” y “punitivo”.
Del lado demócrata, el líder del Senado, Chuck Schumer, fue contundente:
“Nadie está obligando a Trump y Vought a hacer esto. Están eligiendo insensiblemente dañar a los trabajadores que protegen a nuestro país, inspeccionan nuestros alimentos y responden ante desastres. Esto es caos deliberado”.
Agencias federales en crisis
Los despidos ya comenzaron en agencias clave. El Departamento de Educación confirmó que casi todos los empleados por debajo del nivel de director en la Oficina de Educación Primaria y Secundaria fueron despedidos.
La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras (CISA) también informó recortes, pese a ser esencial en la protección de sistemas críticos del país.
En el Departamento de Salud y Servicios Humanos, así como en la Agencia de Protección Ambiental (EPA), también se reportaron despidos, mientras los portavoces de ambas instituciones culparon al Congreso por la falta de acuerdos presupuestales.

El sindicato federal demanda al gobierno
La Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno (AFGE) presentó una demanda contra la administración Trump, acusándola de usar el cierre como “excusa” para despedir ilegalmente a miles de trabajadores.
“Es vergonzoso que el gobierno de Trump haya utilizado el cierre del gobierno como excusa para castigar a los trabajadores y presionar al Congreso”, declaró Everett Kelley, presidente del sindicato.
El grupo busca una orden judicial para frenar los despidos y denuncia que el Departamento del Tesoro planea despedir a más de 1,300 empleados adicionales en los próximos días.

Washington, paralizado y sin diálogo
En el Capitolio, tanto la Cámara de Representantes como el Senado permanecen en receso. Las negociaciones para reabrir el gobierno son casi inexistentes, y los partidos se preparan para un enfrentamiento prolongado.
La senadora demócrata Patty Murray advirtió que el cierre “no le da a Trump ni a Vought nuevas facultades especiales” para despedir trabajadores, mientras que el líder republicano John Thune instó a los demócratas centristas a “armarse de valor” y buscar un acuerdo.
Sin señales de diálogo y con más de 750 mil empleados suspendidos o despedidos, Estados Unidos enfrenta uno de los cierres gubernamentales más tensos y politizados de los últimos años.




