En una potente señal de duelo, desafío y promesa de represalia, Irán izó este viernes 13 de junio la bandera roja sobre la mezquita de Jamkaran, ubicada en la ciudad santa de Qom.
Este gesto, de profundo significado en la tradición chiíta, representa tanto la sangre derramada injustamente como un llamado explícito a vengar la muerte de quienes han sido asesinados.
La decisión de levantar este estandarte ocurre horas después de los ataques aéreos israelíes que alcanzaron instalaciones nucleares y militares clave. El bombardeo dejó un saldo trágico de víctimas fatales, entre ellas altos mandos militares, científicos y civiles, incluidos mujeres y niños.

Un símbolo ancestral que marca la escalada
Históricamente, la bandera roja en el islam chiíta se asocia con la injusticia cometida contra los mártires, especialmente con el Imán Husein, nieto del profeta Mahoma, quien fue asesinado en la batalla de Kerbala en el año 680. Esta tragedia marcó el punto de quiebre entre chiitas y sunitas y transformó a Husein en un símbolo de justicia y sacrificio.
El izamiento de la bandera roja en Jamkaran ya había ocurrido el 31 de julio de 2024, luego del asesinato de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, en Teherán, un hecho atribuido también a Israel. El nuevo despliegue del estandarte sugiere que Irán considera los recientes ataques como otro agravio imperdonable.

Escalada de tensión sin precedentes
En medio de una guerra cada vez más abierta entre ambos países, el izamiento de la bandera roja en Qom se perfila como un acto que podría preceder una ofensiva aún más amplia en el conflicto. Para los líderes y seguidores chiitas, este símbolo no es sólo un llamado emocional, sino una advertencia: la venganza vendrá.





