J Balvin no vino a México a dar show… sino a dar gracias. A solo unos días de que se celebre el cumpleaños de la Virgen de Guadalupe, el cantante colombiano sorprendió al aparecer en la Basílica, mezclado entre creyentes, peregrinos y puestos de recuerdos religiosos.
El intérprete de “Mi gente” no pasó desapercibido. En un video compartido por él mismo, se mostró caminando por la explanada del Tepeyac, donde compró tres medallitas de la Virgen —verde, rosa y amarilla— y las lució con orgullo en su pecho.

J Balvin salió guadalupano
“Ayer visité a la Virgencita de Guadalupe. Feliz siempre de estar en Mexico ¡Vuelvo pronto! 2026″, escribió en redes sociales, donde se dice acudió a dar gracias por el éxito que tuvo este año y el arranque de su gira es los próximos meses.
La visita no fue casual. Ocurrió justo cuando miles de fieles comienzan a llegar a la Basílica para celebrar la aparición de la Virgen en 1531. Aunque su presencia fue breve, bastó para que los videos se hicieran virales y los comentarios se llenaran de elogios: “sencillo”, “humilde”, “conectado con México”.

Reguetón con devoción
Balvin, uno de los íconos globales de la música urbana, aprovechó su paso por la CDMX para acercarse a uno de los símbolos más poderosos de la cultura mexicana: la Morenita del Tepeyac. Su visita se da en el marco de una de las peregrinaciones más grandes del mundo católico.

Cada diciembre, millones de personas llegan a pie, en bici o hasta en rodillas para ver el manto sagrado de Juan Diego. Y este año, entre ellos estuvo un reguetonero con collar nuevo y corazón devoto.

Más allá del boom digital, J Balvin no vino a vender discos ni a hacer gira. Vino a mostrar su lado creyente, caminar entre fieles, y cargar en el pecho —literal— la fe de un país.




