Sarah Dzafce, quien recientemente representó a Finlandia en el certamen de Miss Universo en Tailandia, fue despojada de su título nacional luego de que se viralizara una polémica fotografía que miles de personas calificaron como racista y ofensiva.
El escándalo estalló cuando la modelo publicó una imagen donde aparece jalándose los ojos, un gesto históricamente vinculado a burlas hacia personas de origen asiático. La publicación fue acompañada por el mensaje: “Comiendo con un chino”.

Un gesto, una reacción mundial
La reacción no tardó. Usuarios de China, Corea del Sur y Japón se lanzaron contra Sarah Dzafce, acusándola de racismo y exigieron consecuencias inmediatas. Las críticas cruzaron fronteras y encendieron el debate en redes, medios y hasta círculos diplomáticos.
Ante la presión internacional, la organización de Miss Finlandia decidió retirarle la corona, al considerar que su comportamiento no representaba los valores del certamen.

Lo que dijo Sarah Dzafce
La modelo finlandesa ofreció disculpas públicas: “Nunca tuve la intención de ofender. Estaba teniendo un dolor de cabeza y el gesto fue por eso. El texto fue escrito por una amiga sin mi consentimiento”.
Pero ni la explicación ni las disculpas lograron contener la avalancha de críticas. Usuarios de todo el mundo recordaron que, como figura pública, tiene la responsabilidad de lo que comparte, y más aún cuando se trata de comentarios sensibles sobre etnias o culturas.

Más que un escándalo, una advertencia
La sanción contra Dzafce ha sido respaldada por diversas voces que consideran inaceptable cualquier forma de discriminación en escenarios globales como Miss Universo. También desató un debate sobre qué tan conscientes deben ser las celebridades de sus actos en redes.
Este caso podría marcar un precedente para futuras reinas de belleza: la corona también exige criterio, respeto y conciencia social.





