La economía de Texas atraviesa un momento delicado: cada vez son más visibles los centros de trabajo vacíos, los campos con cosechas sin recoger y las obras detenidas. La causa, según denuncia Román Bock, coordinador de la Red de Migrantes Mexicanos en el Valle de Texas, es el miedo generalizado entre la comunidad migrante tras el endurecimiento de las políticas migratorias de Donald Trump.
"Es muy preocupante, las comunidades de mexicanos migrantes están confinadas ahorita", señaló Bock, al advertir que “la gente no quiere salir a trabajar. Están en sus casas”. Restaurantes, ranchos y constructoras, sectores históricamente sostenidos por migrantes, están quedándose sin personal.
El miedo como arma
Aunque la retórica antiinmigrante del presidente Trump ha sido ampliamente difundida, Bock sostiene que sus efectos ya se hacen sentir en la economía estadounidense: “Lo que está sucediendo ahorita es que hay muchas construcciones solas, muchos rancheros, productores del campo que se les están quedando sus cosechas sin recogerse”.

Más allá de las cifras, lo que predomina entre los migrantes es la incertidumbre. “Los mexicanos aportamos mucho a Estados Unidos, pero no es reconocido por la Administración Trump y hay un sentimiento de miedo e incertidumbre”, dijo el activista. “Sabemos que nunca va a poder deportar a tanta gente, es simplemente estar atemorizando a las familias”.
Texas, el estado más hostil
Aunque el fenómeno es nacional, Bock asegura que la situación en Texas es particularmente grave. “En Texas es donde es constante, el área de Dallas es la que más detenciones y deportaciones registra con ICE, ya que las políticas estatales tienen mucho que ver”, explicó.
A diferencia de California, donde los migrantes encuentran protección en políticas más inclusivas, Texas mantiene una postura inflexible. “Texas depende de los migrantes, sobre todo en la construcción y agricultura”, insistió Bock, alertando que el efecto dominó ya alcanzó incluso a la Bolsa de Valores.

Sin debido proceso y con detenciones arbitrarias
Uno de los puntos más alarmantes es la violación sistemática de los derechos de los detenidos. “No están presentando a los migrantes detenidos en redadas ante un Juez”, denunció Bock. Aunque los consulados y despachos legales intentan ayudar, “no les están haciendo caso”, afirmó. “La encargada de seguridad de ICE no tenía ni idea de lo que es el debido proceso”.
Las detenciones, agregó, no se limitan a indocumentados. “Mexicanos con tarjeta verde detenidos hay muchos, hasta ciudadanos americanos están siendo deportados. Se está permitiendo detenciones por tu color de piel o por tu idioma”.

La resistencia crece y el voto también
Ante la falta de respuesta institucional, Bock asegura que la comunidad migrante está documentando los abusos y organizando protestas. “Los que tenemos doble ciudadanía estamos saliendo a las calles a luchar por nuestros derechos”, expresó.
Confía en que estas acciones tendrán un peso político. “Muchos mexicanos hispanoamericanos votaron por Trump creyendo que mejoraría la economía. Ya vieron que no. Esta forma de actuar va a tener repercusiones para el Presidente y los republicanos”.




