El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue federal de 2 000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, con el objetivo de controlar las protestas derivadas de recientes redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), realizadas los días 6 y 7 de junio.

La decisión fue comunicada a través de su red Truth Social, donde Trump afirmó:
“Una ciudad estadounidense que una vez fue una gran ciudad, Los Ángeles, ha sido invadida y ocupada por inmigrantes indocumentados y criminales.”
También instruyó a las fuerzas federales a “liberar a Los Ángeles de la invasión”, justificando la intervención como una medida para restaurar el orden ante lo que calificó como una “crisis migratoria desbordada”.

El presidente Trump advirtió sobre la posibilidad de utilizar marines para reforzar la presencia federal si la situación sigue escalando. Según el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ya hay marines en alerta por posibles actos violentos.
La administración federal afirma que la medida tiene como objetivo "restaurar la ley y el orden", mientras que diversos sectores de la sociedad civil advierten sobre los peligros de militarizar la gestión migratoria y restringir derechos civiles.





