Dak Prescott tuvo una actuación determinante para que los Cowboys de Dallas se impusieran 30-23 a los Commanders de Washington en el duelo disputado el jueves navideño. El mariscal de campo lanzó para 307 yardas y dos touchdowns, por lo que al final del partido, celebró con un corte de carne.
Dallas, que ahora registra marca de 7-8-1, anotó touchdowns en sus tres primeras posesiones ofensivas para colocarse rápidamente 21-3 en el marcador. La ofensiva capitalizó errores defensivos de Washington y mostró efectividad en momentos clave, especialmente en situaciones de cuarta oportunidad, donde el equipo convirtió sus seis intentos.

Cowboys dominan el inicio, Commanders reaccionan sin éxito
Aunque los Commanders intentaron reaccionar, nunca lograron completar la remontada. Washington, con récord de 4-12, redujo la diferencia a un solo touchdown en tres ocasiones distintas a lo largo del encuentro, pero cada intento fue respondido por Dallas con jugadas oportunas que frenaron el impulso rival. Con esta derrota, los Commanders sumaron su décima caída en 11 partidos.
Prescott completó 19 de 37 pases y fue clave no solo por los touchdowns, sino por la conducción del ataque en los momentos de mayor presión. Sus dos envíos de anotación le permitieron alcanzar un registro histórico dentro de la franquicia, al llegar a 30 pases de touchdown en la temporada, cifra con la que empató el récord de Tony Romo de cuatro campañas con al menos 30 touchdowns por aire.

De la tradición del pavo al Tomahawk en Navidad
Más allá del resultado, el partido dejó una imagen llamativa relacionada con las tradiciones de los Cowboys. Jugadores y aficionados conocen bien el ritual del Día de Acción de Gracias, cuando los MVP del encuentro devoran una pierna de pavo tras el partido. Sin embargo, en el duelo navideño ante Washington, transmitido por Netflix, la tradición tomó un giro distinto.
Dak Prescott y el receptor abierto KaVontae Turpin celebraron con un corte diferente: un filete de costilla Tomahawk. Durante entrevistas posteriores con Kay Adams y Michael Irvin, ambos representantes de Dallas dieron un mordisco al hueso frente a las cámaras, sellando una noche que combinó récords, victoria y una nueva postal navideña para los Cowboys.





