El 2025 quedará grabado como un año para el olvido en la historia de River Plate. El club millonario, con su afición expectante y esperanzada, vio cómo una nueva posibilidad de gloria se le esfumaba en las Semifinales de la Copa Argentina 2025. Tras igualar 0-0 en el tiempo reglamentario frente a Independiente Rivadavia de Mendoza y perder 4-3 en la definición por penales, River termina su participación en la competición con una sensación amarga y con muchas preguntas por responder.

La ocasión era grande: el certamen no sólo significaba un trofeo más en la vitrina, sino también una vía directa para asegurar plaza en la Copa Libertadores 2026, lo que añadía dramatismo al suceso.
El escenario elegido fue el estadio Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, y el duelo se vio marcado por un clima adverso: intensa lluvia que demoró e interrumpió el juego, permitiendo que el rival aprovechara las condiciones mientras River se diluía.
Lluvia, interrupción y síntomas de un equipo en crisis
El partido comenzó con una cierta superioridad de River, aunque sin concretar las ocasiones que generaba. Cuando todo apuntaba a un trámite controlado, la meteorología se interpuso: la lluvia obligó a prolongar el entretiempo más de 45 minutos, y al reanudarse el juego, el campo estaba pesado, el ritmo lento y la pelota difícil de manejar.
Durante ese período, Independiente Rivadavia se mostró más cómodo adaptándose al terreno en malas condiciones; River, por su parte, sufrió para generar futbol fluido. A pesar del ingreso de la joven promesa de las inferiores, Cristian Jaime (19 años), que aportó algún destello, no hubo continuidad para abrir el marcador.
La falta de contundencia quedó otra vez al descubierto: River tuvo sus opciones (por ejemplo con remates al palo y otras claras) pero no supo definir. Y cuando las eliminatorias se deciden en los penales, los errores individuales se magnifican.

El calvario de los penales y la confirmación de la caída
Ya sin margen para el error en los tiros desde los doce pasos, River empezó con el pie equivocado: primero Miguel Borja vio atajado su remate por el arquero rival (que paradójicamente pertenece a River) y luego Giuliano Galoppo disparó por fuera del arco.
Por su parte, Independiente Rivadavia mantuvo la calma y fue más certero: sólo falló una vez (por Leonard Costa) y luego convirtió con regularidad hasta que Sebastián Villa (ex Boca Juniors) anotó el penal decisivo que selló la clasificación histórica de su equipo a la Final de la Copa Argentina.
El telón de esta derrota se cerró con la salida de River entre silbidos e insultos de su propia afición, reflejo de un malestar que no es nuevo sino que ya viene acumulándose a lo largo del año.

Un 2025 para el olvido en Núñez
La eliminación ante Independiente Rivadavia se suma a un historial cada vez más preocupante para River en 2025: quedó fuera del Torneo Apertura ante Platense en casa; perdió una Final frente a Talleres de Córdoba; fracasó en la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025 en una zona “accesible”; fue eliminado de la Libertadores frente a Palmeiras; y perdió recientemente ante equipos como Sarmiento (J) y Deportivo Riestra de local. Estos resultados reflejan una tendencia negativa que preocupa tanto a la dirigencia como a los hinchas
Actualmente, River marcha quinto en la Zona B del Torneo Clausura y todavía no ha asegurado su clasificación a los playoff. El próximo desafío será recibir a Gimnasia y Esgrima La Plata en el Monumental, para luego visitar a Vélez Sarsfield en Liniers y afrontar el clásico ante Boca Juniors en la Bombonera en la jornada 15. El tiempo se agota y la presión crece.
Más que una derrota aislada, esta eliminación representa un síntoma: la estructura del equipo parece resquebrajarse y las certezas que había en el pasado ya no son tales. La continuidad del entrenador Marcelo Gallardo (quien regresó al club con grandes expectativas) comienza a estar seriamente cuestionada.





