El Clásico de Estambul entre Beşiktaş y Fenerbahçe no decepcionó. El encuentro, cargado de la pasión habitual de la Superliga turca, se convirtió en una montaña rusa de emociones y una épica remontada, sellada por la aparición providencial del colombiano Jhon Durán.

Así fue la victoria del Fenerbahçe de Edson Álvarez
El inicio del partido fue un mazazo para el Fenerbahçe. El Beşiktaş, jugando en casa, mostró una superioridad inicial contundente, logrando una ventaja de 2-0 que parecía encaminar el encuentro hacia una victoria cómoda.
Sin embargo, la intensidad del clásico explotó al minuto 25. El mexicano Edson Álvarez, pilar del mediocampo visitante, fue blanco de una imprudente y peligrosa barrida por parte de Orkun Kokcu del Beşiktaş. La acción, revisada por el VAR, no dejó dudas al árbitro: roja directa para el jugador local, una expulsión que cambió drásticamente el guion del partido.
¿Cómo influyó Edson Álvarez en la victoria del Fenerbahçe?
La superioridad numérica actuó como un potente revulsivo para el Fenerbahçe. En un lapso de locura, el equipo visitante acortó distancias y, justo antes del descanso, culminó su reacción empatando el marcador a 2-2, dejando un panorama completamente abierto para la segunda mitad.
El segundo tiempo fue un asedio constante del Fenerbahçe contra un Beşiktaş que se replegó para resistir con diez hombres. Los visitantes, con la moral alta y la ventaja táctica, buscaron el gol de la remontada que completara la hazaña.

El estratega del Fenerbahçe movió sus fichas en busca de ese tanto decisivo y la entrada de Jhon Durán al minuto 66 resultó ser la jugada maestra. El delantero colombiano llegaba al partido con la presión de una reciente lesión que lo había alejado de las canchas y con cuestionamientos sobre su rendimiento.
Durán no solo silenció a los críticos, sino que se erigió como el héroe de la jornada en una jugada inolvidable. Al minuto 83, en el clímax de la tensión, el colombiano se lanzó en una lucha incansable por el balón. Presionó la salida del rival, se tiró al suelo para ganar el rebote y, con una astucia y técnica impecables, capturó la pelota en el aire para rematar de primera intención con una volea impecable. El balón se fue al fondo de la red, desatando la locura en el banquillo y la tribuna del Fenerbahçe.
El gol agónico de Durán no solo significó el 3-2 definitivo y la épica remontada, sino que fue una liberación para el jugador. La euforia lo llevó a quitarse la camiseta en la celebración, ganándose una merecida (y celebrada) tarjeta amarilla, pero dándole a su equipo una victoria histórica en el clásico de Estambul.





