La tensión que se respira en Santos se elevó varios niveles tras confirmarse una noticia que nadie quería escuchar: Neymar no volverá a jugar en 2025. El ídolo brasileño, llamado a liderar la reconstrucción del Peixe en un año turbulento, se perderá los últimos tres compromisos del Brasileirao debido a una lesión en el menisco. La situación llega en el peor momento posible, justo cuando el equipo lucha desesperadamente por salir de la zona de descenso.
El atacante, que venía arrastrando molestias musculares desde su último encuentro ante Mirassol, ya se había quedado fuera del duelo frente a Internacional con la esperanza de recuperarse a tiempo para el partido clave ante Sport. Sin embargo, los exámenes realizados esta semana confirmaron el peor escenario: una lesión más seria de lo esperado que lo obliga a pasar por un nuevo período de recuperación, descartándolo por completo para el cierre del torneo.
Para Santos, un club que vive una de las crisis deportivas más delicadas de su historia reciente, la ausencia de su principal figura no solo impacta lo futbolístico; también afecta anímicamente a un plantel que ha tenido dificultades para sostener rendimientos y resultados a lo largo del año. El Brasileirao concluye el 7 de diciembre, y el margen de error del equipo es prácticamente cero.

La cuarta lesión del año agrava el calvario de Neymar
El 2025 ha sido un año marcado por la frustración para Neymar. Antes de esta reciente lesión de menisco, el delantero ya había sufrido tres problemas físicos previos —en marzo, abril y septiembre— que limitaron su continuidad en la temporada y complicaron cualquier posibilidad de un regreso estable a la selección brasileña. Esta cuarta lesión no solo cierra su año competitivo, sino que vuelve a encender las alarmas sobre su estado físico y su futuro inmediato.

Estas constantes interrupciones han impedido que el ’10’ encadene una racha sólida de partidos. Su retorno a Santos había generado enorme expectativa entre los aficionados, especialmente tras disputar tres encuentros consecutivos recientemente, algo que no lograba desde hacía meses. Sin embargo, la ilusión se esfumó rápidamente cuando reportó molestias tras el duelo contra Mirassol, lo que inicialmente parecía una simple precaución terminó agravándose con el diagnóstico definitivo.
La selección brasileña, que atraviesa un proceso de renovación, lo sigue considerando un referente histórico, pero su disponibilidad competitiva se ha vuelto cada vez más incierta.

Santos queda expuesto en la recta final del Brasileirao
La ausencia de Neymar no es solo una baja mediática: es un golpe táctico y emocional para un equipo que necesita sumar de manera urgente. Santos se encuentra actualmente en puestos de descenso, y aunque el calendario ofrece oportunidades, la presión por mantener la categoría será asfixiante sin su jugador más influyente.
El club esperaba contar con Neymar al menos para el tramo final, especialmente en los duelos directos ante rivales que también pelean por la permanencia. Su creatividad, liderazgo y capacidad para destrabar partidos cerrados eran vistos como factores clave en un equipo que ha sufrido para convertir y sostener ventajas.





