El futbol volvió a escribir una de sus historias más sorprendentes. En Tórshavn, las Islas Feroe lograron una victoria inolvidable de 2-1 sobre la República Checa, resultado que las mantiene firmes en la pelea por un boleto al Mundial y que reafirma su condición de la gran revelación de las eliminatorias europeas.

El conjunto feroés, que venía de aplastar 4-0 a Montenegro, volvió a mostrar carácter, orden y determinación frente a un rival de mayor jerarquía. El estadio Nacional de Tórshavn vivió una noche mágica cuando Hanus Sørensen abrió el marcador al minuto 67 con un contragolpe letal que encendió la esperanza en las gradas.
Aunque Adam Karabec empató el duelo para los checos al minuto 78, el desenlace fue digno de un guion cinematográfico. A nueve minutos del final, Martin Agnarsson aprovechó un error defensivo para firmar el 2-1 definitivo, desatando la euforia de los 6.000 aficionados presentes. Fue una victoria que trasciende lo deportivo: un país con apenas 54.000 habitantes doblegando a una potencia europea.

Con este triunfo, las Islas Feroe suman 12 puntos en el Grupo L, apenas uno menos que Croacia y la República Checa, quienes comparten la cima. El sueño mundialista ya no parece una utopía para el modesto conjunto nórdico, que ha desafiado todas las probabilidades con actuaciones memorables.
El camino, sin embargo, aún presenta desafíos. Su último partido será una dura visita a Croacia, duelo que podría definir su destino rumbo a la Copa del Mundo. Mientras tanto, la República Checa buscará redimirse cuando reciba a Gibraltar en la última jornada.
Independientemente del desenlace, las Islas Feroe ya han hecho historia. Su gesta ante la República Checa quedará grabada como una de las noches más gloriosas del futbol europeo.





