México y Portugal volverán a encontrarse, ahora en los octavos de final del Mundial Sub-17, en un duelo que marcará el primer enfrentamiento oficial entre ambas selecciones en esta categoría. Aunque nunca se han visto las caras en un torneo oficial Sub-17, el historial en otros niveles refleja una rivalidad con episodios intensos y marcados por resultados apretados.

ENFRENTAMIENTOS EN SELECCIÓN MAYOR
A nivel de selecciones mayores, México y Portugal han disputado tres encuentros oficiales. El primero ocurrió en la fase de grupos del Mundial Alemania 2006, donde los lusos se impusieron 2-1. Más adelante, en la Copa Confederaciones Rusia 2017, se enfrentaron dos veces: en el debut del torneo empataron 2-2 y en el partido por el tercer lugar Portugal ganó 2-1, repitiendo la dosis.

En categorías menores, ambos países también han construido un historial competitivo. En la Sub-20 se han visto las caras tres veces. Dos de esos cruces ocurrieron en el prestigioso Torneo Esperanzas de Toulon: en 2005 Portugal ganó 1-0 y en 2013 empataron 3-3 en un duelo lleno de goles. El tercer enfrentamiento fue en el Mundial Sub-20 de 2007, donde México logró imponerse 2-1.
La categoría Sub-21 también registra un cruce importante entre ambos. En el Esperanzas de Toulon 2014, Portugal volvió a imponerse, reafirmando su buen desempeño en las divisiones juveniles dentro de dicho torneo.

PRIMER JUEGO OFICIAL EN LA SUB-17
Aunque este será el primer choque oficial en Sub-17, ambas selecciones ya se midieron recientemente en un amistoso disputado en 2022. En aquella ocasión, Portugal ganó 4-2 en un partido de alta intensidad, lo que sirve como referencia del estilo de juego que suele presentar en divisiones menores.

México llega a estos octavos de final con la intención de dar un golpe de autoridad y romper la tendencia de los portugueses en categorías juveniles. Portugal, por su parte, busca extender su dominio histórico ante el “Tricolor” y avanzar en un torneo donde suele figurar como contendiente. El duelo promete emociones fuertes y un nuevo capítulo en una rivalidad discreta, pero con antecedentes que respaldan su relevancia.





