La Selección de Surinam venció con contundencia 4-0 a Selección de El Salvador, borrando de un plumazo cualquier duda sobre su ambición de clasificación y dejando a los salvadoreños en una situación terminal. Con goles de Chery, Margaret (doblete) y Klas, el equipo local asestó un golpe de autoridad en la penúltima jornada del Grupo A de las eliminatorias de la Copa Mundial de la FIFA 2026 de la zona Concacaf.
El triunfo tiene dimensiones casi míticas para la selección surinamesa: hasta hace poco considerada entre las aspirantes menores, ha sabido conjugar jugadores formados y asentados en Europa con una estrategia de partido serena y efectiva para convertir una oportunidad en realidad. La nómina que alineó —con veintitrés futbolistas que militan en ligas europeas— lo demuestra. Por su parte, El Salvador, con pasado mundialista (1970 y 1982) pero con muchas más sombras que luces en esta fase, vivió una tarde gris, sin capacidad de reacción, en la que su técnico, Hernán Darío “Bolillo” Gómez, lo arriesgó todo al ataque y lo pagó caro.
El escenario era de alta tensión: tanto Surinam como El Salvador llegaban con aspiraciones de seguir vivas en la carrera por el Mundial. Pero la solidez táctica, la efectividad ofensiva y la claridad de ideas del conjunto local marcaron la diferencia.

Una victoria construida con acierto y jugadores de Europa
La Selección de Surinam se apoyó en una base de futbolistas que desarrollan su carrera en ligas europeas, lo cual le dio un salto de nivel palpable en esta eliminatoria. Esa experiencia se vio reflejada en el manejo de los momentos clave del partido: dominio del juego por momentos, control psicológico, y ejecución en los momentos decisivos.
El primer golpe llegó justo antes del descanso, cuando Tjaronn Chery convirtió desde el punto penal tras una falta de Sibrían sobre él en el área. Con ese 1-0 se fueron al vestuario, e iniciaron la segunda mitad sabiéndose con ventaja, lo que generó un efecto psicológico en su rival. En los minutos finales, Richonell Margaret anotó dos goles casi consecutivos (minutos 74 y 76) que rompieron definitivamente el partido y cerraron cualquier aspereza de reacción por parte del visitante. Finalmente, Dhoraso Klas sentenció al 83 para sellar el 4-0 definitivo.
Este triunfo pone a Surinam con 9 puntos, quedando un partido más para sellar su boleto histórico al Mundial. Un paso que, para muchos, parecía lejano hace poco más de un año. El ambiente en Paramaribo y dentro del equipo es de ilusión abierta, pues han convertido un sueño colectivo en algo tangible.

El drama de El Salvador: muchas preguntas, pocas respuestas
Para El Salvador, el desenlace es doloroso pero revelador. Con una plantilla que apostó al ataque —como evidenció su entrenador Bolillo Gómez— quedó expuesta una debilidad estructural que Surinam supo castigar. Según reportes previos al choque, el equipo salvadoreño no disponía ya de margen de error y necesitaba un triunfo como visitante para seguir con vida en la eliminatoria.
Durante el partido, el dominio posicional no se tradujo en ocasiones claras. La agresividad ofensiva dejó huecos atrás, que el rival aprovechó con eficacia. La sensación desde las gradas es que el proyecto nacional vive un bache serio: cuatro derrotas consecutivas en esta fase, apenas tres puntos acumulados. Es un llamado de atención para los directivos, el cuerpo técnico y el plantel: se debe revisar desde la base si se pretende aspirar a repetir —o superar— participaciones mundialistas de tiempos pasados.
Ahora, la Selecta debe replantearse su estrategia inmediata: ¿un nuevo aire en la plantilla? ¿cambios tácticos profundos? ¿o confiar en la experiencia? Lo cierto es que se encuentra en la cuerda floja, y cualquier paso en falso la dejaría fuera del Mundial antes de siquiera tentar el repechaje.

¿Qué sigue y cuáles son los escenarios para ambos?
Surinam afrontará su último partido en el grupo frente a Selección de Guatemala, con la posibilidad real de sellar su clasificación al Mundial por primera vez en su historia. Con los márgenes a su favor y una ofensiva desatada, el equipo de Paramaribo va por la gloria deportiva. Enfrentarán un adversario que todavía pelea por seguir vivo, lo que puede jugar a su favor como desperado o en su contra si la tensión se convierte en presión.
Por su parte, El Salvador ahora ve cómo sus opciones se reducen dramáticamente. Necesita no solo ganar su próximo partido, sino esperar resultados ajenos, además de revertir la imagen dejada este jueves. La remontada es posible, pero el camino se ha hecho mucho más empinado. El aficionado salvadoreño vive horas de preocupación genuina, y la federación sabe que en los próximos días debe definirse el rumbo del equipo.





