Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan un tratamiento experimental basado en terapia génica para combatir el daño pulmonar provocado por el uso de vapeadores. El proyecto, liderado por el Dr. Santiago Villafaña Rauda y la Mtra. Aina Daniela Sánchez Maldonado, forma parte de las investigaciones del Laboratorio de Terapia Génica de la Escuela Superior de Medicina (ESM).

El enfoque se centra en el uso de ARN pequeño de interferencia (siRNA) para silenciar el receptor GPR158, el cual está vinculado con procesos inflamatorios severos en los pulmones derivados del consumo de cigarrillos electrónicos.
“Utilizamos plataformas bioinformáticas para simular la interacción entre el siRNA y el RNA mensajero, luego sintetizamos las secuencias en fase sólida, las purificamos y las aplicamos en modelos animales”, explicó la Mtra. Sánchez Maldonado.
El tratamiento fue probado en cuatro grupos de ratas expuestas al vapor de cigarrillos electrónicos durante un mes. Sólo el grupo tratado con siRNA mostró una reducción significativa de la inflamación pulmonar, menor fibrosis y un tejido respiratorio más cercano al de animales sanos.
Los investigadores observaron que el silenciamiento del receptor GPR158 también generó una disminución de citocinas proinflamatorias, lo que sugiere que esta terapia podría convertirse en una alternativa a tratamientos actuales como los corticosteroides y broncodilatadores.

El equipo del IPN destacó que los cigarrillos electrónicos contienen niveles de nicotina mucho más elevados que los cigarros tradicionales —hasta 18 mg/mL contra 1 a 2 mg—, así como compuestos como propilenglicol, glicerina vegetal y aldehídos, que contribuyen a la inflamación y daño pulmonar. También se han identificado metales pesados derivados de las baterías de estos dispositivos, que agravan las lesiones en el tejido respiratorio.
Si bien los resultados son alentadores, los científicos enfatizan que se trata de un tratamiento en fase experimental preclínica, por lo que aún no está aprobado para su uso en humanos.
“Aunque nuestros resultados son prometedores, lo mejor sigue siendo evitar el consumo de estos productos”, subrayaron los investigadores.





