La mañana de este martes 20 de mayo, un ataque directo en Calzada de Tlalpan, a la altura del Metro Xola, dejó sin vida a dos funcionarios clave del equipo de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada. Las víctimas fueron identificadas como Ximena Guzmán, secretaria particular de la mandataria capitalina, y José Muñoz, asesor político de trayectoria destacada.

¿Quién era Ximena Guzmán y que hacía en el gobierno de CDMX?
Ximena Guzmán contaba con una sólida formación académica y profesional. Era licenciada en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y obtuvo una maestría en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París. Desde 2015, colaboró en distintos niveles del gobierno capitalino, y desde 2018 se desempeñaba como secretaria particular en Iztapalapa, cargo que replicó ahora al lado de Brugada.
En sus redes sociales, Guzmán se describe como “socióloga del deporte, corredora de ida y de regreso, experimentando en la bici, viajera y amante del precipicio”, reflejando una personalidad activa y comprometida.

¿Quién era José Múñoz?
Por su parte, José Muñoz contaba con una amplía experiencia en la administración pública. Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública, colaboró en distintas instancias legislativas con enfoque técnico en análisis presupuestario, fiscalización, rendición de cuentas y diseño de políticas sociales. Su perfil era altamente valorado dentro del equipo cercano de Brugada.

Inseguridad golpea al corazón del gobierno capitalino
Este doble homicidio pone nuevamente en la mesa el tema de la inseguridad que enfrentan los servidores públicos en la capital. El ataque no solo sacudió al entorno político, sino que evidencia la vulnerabilidad de altos funcionarios incluso en zonas de alta visibilidad y tránsito, como lo es Calzada de Tlalpan.
Diversas voces desde el ámbito político y social han exigido el esclarecimiento del crimen y el fortalecimiento de medidas de seguridad para el personal del gobierno capitalino. Este suceso, además de ser una tragedia personal y política, representa un llamado urgente a revisar los protocolos de protección institucional




