A los 22 años y sin haber debutado profesionalmente, Santiago Márquez, hijo del histórico Rafa Márquez, decidió decir adiós al fútbol. Lo hizo sin escándalos, sin homenajes, sin goles que recordar. Lo que deja es una pregunta que ha rondado al fútbol mexicano por años: ¿qué tan difícil es crecer en la sombra de una leyenda?

La historia de Santiago no es única. Es el más reciente de varios casos donde el linaje pesa más que el talento o, al menos, más que las oportunidades. Porque cuando el apellido abre la puerta, la presión muchas veces la vuelve a cerrar.
Shayr Mohamed: debut, roja y retiro
Otro nombre que se suma a esta lista es Shayr Mohamed, hijo del carismático Antonio "Turco" Mohamed. Debutó en Rayados durante el Apertura 2020, justo bajo la dirección técnica de su padre. Pero el sueño duró apenas 30 segundos: fue expulsado tras una entrada imprudente y no volvió a jugar en Primera División. Poco después, colgó los botines.

Hugo Sánchez Portugal: una carrera breve bajo la sombra del 'Pentapichichi'
Con un apellido imposible de ignorar, Hugo Sánchez Portugal intentó labrar su camino tras el legado de su padre, el máximo referente mexicano en Europa. Jugó en Pumas y tuvo un breve paso por Atlanta en la liga estadounidense. Su carrera no superó los dos años. Aunque siguió vinculado al deporte en cargos administrativos, el balón ya no fue su camino.

Fernando Arce Jr.: un camino aún en construcción
Fernando Arce fue figura en el medio campo de varios equipos de Liga MX y seleccionado nacional. Su hijo, Fernando Arce Juárez, aún no ha podido replicar ese impacto. Ha pasado por Xolos, Dorados, FC Juárez y actualmente milita en Puebla, pero sin consolidarse como titular o referente. A diferencia de los casos anteriores, su historia sigue escribiéndose, aunque cada capítulo parece más cuesta arriba.





