La Selección Argentina, liderada por su capitán Lionel Messi, protagonizó una jornada inolvidable en el Estadio Martínez Valero de Elche. Más de 20 mil aficionados colmaron las gradas para presenciar el entrenamiento abierto organizado por el Elche CF, propiedad de Christian Bragarnik. El ambiente, cargado de pasión y color, recordó a los mejores escenarios futboleros de Argentina y marcó la previa ideal del amistoso frente a Angola del 14 de noviembre.

¿Cómo se vivió el ambiente en el Martínez Valero?
Desde horas antes, el estadio comenzó a teñirse de celeste y blanco. Los hinchas llegaron con banderas, camisetas y cánticos que envolvieron cada sector, generando un clima festivo pocas veces visto en entrenamientos abiertos. En la grada de preferente, una imponente pancarta con la frase “Coronados de gloria vivamos”, acompañada por imágenes de Maradona, Messi y los campeones del mundo, captó todas las miradas.
La música también jugó un papel clave en la atmósfera: durante la espera, el sonido local del estadio hizo sonar clásicos del folclore argentino, incluido el ya mítico “Muchachos”, convertido en símbolo nacional tras el título obtenido en Qatar 2022. Cada nota reforzó la sensación de estar viviendo un momento especial y emotivo para la comunidad argentina en España.

El instante más conmemorativo de la tarde llegó cuando los jugadores ingresaron al campo bajo las notas del himno nacional argentino, coreado masivamente por el público. El saludo de Messi a las gradas provocó una ola de aplausos y cánticos que dejaron en claro el cariño incondicional del público hacia el rosarino.
Messi, protagonista indiscutido del entrenamiento
Durante la práctica, cada acción de los jugadores fue celebrada, pero ninguna tan intensamente como las protagonizadas por Messi. Cada conducción, pase y remate del capitán generó una reacción inmediata en las gradas, como si se tratara de un encuentro oficial. La complicidad entre Messi y los hinchas españoles y argentinos quedó una vez más a la vista.

La tradicional ola se repitió en varias oportunidades, alimentando la energía colectiva. Los ejercicios de definición se transformaron en pequeños estallidos de júbilo, especialmente cada vez que el balón besaba la red. El clímax llegó cuando Messi marcó un gol tras una acción combinada, desatando un estallido de euforia que recorrió todo el Martínez Valero.
El cierre de la jornada tuvo un gesto especial y simbólico: Lionel Messi recibió la camiseta número 10 del Elche, obsequio entregado por Christian Bragarnik, máximo accionista del club. El acto, aplaudido por todo el estadio, reforzó la unión entre la institución ilicitana y la selección campeona del mundo, dejando una imagen que rápidamente se volvió uno de los momentos más comentados del día.





