El Paris Saint-Germain ha dado un paso decisivo en el conflicto que sostiene con Kylian Mbappé, al presentarse ante el Consejo de Prud’hommes de París para denunciar lo que considera un “grave incumplimiento” contractual por parte del futbolista. El club acusa al delantero de vulnerar acuerdos formales, actuar a espaldas de la entidad y quebrar la buena fe que, según la institución, debe regir la relación entre una estrella y su equipo.
De acuerdo con la postura del PSG, el distanciamiento con Mbappé no es reciente. La directiva asegura que dedicó “más de un año” a buscar una resolución amistosa que permitiera avanzar sin tensiones ni repercusiones públicas. Incluso señala que organismos involucrados en el proceso alentaron ese entendimiento, pero afirma que el jugador, lejos de acercarse, “atacó continuamente al club”, incluyendo el procedimiento abierto este martes.
El punto más delicado de la denuncia se centra en los once meses comprendidos entre julio de 2022 y junio de 2023, periodo en el que, según el club, Mbappé ocultó su decisión de no renovar contrato. Ese silencio, sostienen, impidió planear un eventual traspaso y afectó la estrategia deportiva e institucional. Además, el PSG señala que en agosto de 2023 existió un pacto que contemplaba una reducción salarial si el jugador se marchaba libre, acuerdo que —aseguran— Mbappé desconoció pese a estar “claramente documentado”.
La dirigencia parisina recuerda también declaraciones del propio futbolista, como las realizadas el 3 de enero de 2024, cuando afirmó que su futuro “era secundario” gracias a un arreglo alcanzado en verano que “protegía a todas las partes”. Para el club, aquellas palabras evidencian que Mbappé alimentaba una confianza que posteriormente habría traicionado.
Otro de los puntos expuestos en la comparecencia es la petición del entorno de Mbappé para recalificar su contrato como indefinido, solicitud a la que el PSG se opone tajantemente. La institución recalca que los vínculos de los jugadores profesionales en Francia son siempre de duración determinada, regulados por la LFP y sin posibilidad legal de reinterpretación.
El PSG también niega cualquier señalamiento de acoso o presión hacia el delantero. Como prueba, destaca que Mbappé participó en más del 94% de los partidos oficiales durante la temporada 2023/24 y que las decisiones deportivas fueron tomadas por un técnico campeón de Europa. Según el club, el jugador siempre actuó bajo condiciones plenamente conformes a la Carta del Futbol Profesional.
Para la entidad parisina, el fondo del conflicto radica en una cuestión de “buena fe, honestidad y respeto”. Tras siete años en los que, recuerda, Mbappé disfrutó de condiciones excepcionales, el club sostiene que únicamente exige al atacante que cumpla con los compromisos pactados.
Mientras el litigio continúa su desarrollo, el PSG lanza un mensaje final de serenidad deportiva: más allá de las tensiones legales, el equipo se mantiene enfocado en una campaña que califica como “la más exitosa de su historia”, impulsado por la solidaridad interna, el trabajo colectivo y la convicción de que el proyecto está por encima de cualquier individualidad.
