El equipo de Liverpool logró un triunfo vital para recuperar la confianza. Los Reds derrotaron por 2-0 al Aston Villa en la Premier League y pusieron fin a una racha negativa de cuatro derrotas consecutivas. El resultado llega justo antes de un nuevo cruce frente al Real Madrid, en un contexto radicalmente distinto al de hace un año, cuando los ingleses llegaban lanzados y los blancos en duda.
Anfield contuvo la respiración en un inicio lleno de nervios
El ambiente en Anfield reflejaba la tensión. Tras la eliminación reciente en la Carabao Cup, los aficionados esperaban una reacción inmediata. Sin embargo, el Aston Villa avisó muy pronto: Morgan Rogers estremeció el travesaño a los cinco minutos con un potente disparo desde la frontal, y poco después Mamardashvili tuvo que apoyarse en la cruceta para salvar otro intento de Matty Cash. El Liverpool se mostraba impreciso, falto de confianza y sin claridad en ataque.
Szoboszlai desperdició una ocasión inmejorable frente al ‘Dibu’ Martínez tras un error en la salida rival, confirmando que la falta de puntería seguía siendo un problema. Mientras tanto, Onana se consolidaba como lo mejor del mediocampo local, aportando equilibrio en una primera parte en la que los de Slot no lograban imponer su ritmo.
¿El punto de inflexión que necesitaba el Liverpool?
El primer aviso serio del Liverpool llegó justo antes del descanso. Ekitiké marcó, pero el gol fue anulado por fuera de juego, aumentando la frustración en la grada. No obstante, cuando parecía que el 0-0 se mantendría, un error del ‘Dibu’ Martínez en salida de balón permitió a Mohamed Salah adelantar a los ‘reds’ en el descuento. El egipcio, que no atraviesa su mejor temporada, igualó así a Wayne Rooney con 276 contribuciones de gol en la historia de la Premier League.
Ese tanto cambió por completo la dinámica del encuentro. El Liverpool salió con otra energía en la segunda mitad y mostró su mejor versión de toda la temporada. El Aston Villa, por el contrario, se hundió con otro fallo en la salida desde atrás que Ryan Gravenberch aprovechó con un disparo ajustado en el minuto 58 para poner el 2-0 definitivo.
El centrocampista neerlandés, pieza clave en el modelo de Arne Slot, confirmó que puede ser determinante en los metros finales. Su gol no solo dio tranquilidad al marcador, sino que evidenció la mejora en la presión y la intensidad del conjunto local. Anfield volvió a disfrutar de un equipo que supo dominar los tiempos del partido y cerrar filas atrás.
Las sustituciones de Unai Emery (con las entradas de Barkley, Sancho y Malen) aportaron algo de oxígeno al Aston Villa, pero el Liverpool ya no cedió terreno. Mamardashvili apenas fue exigido en los minutos finales, y la defensa ‘red’ mantuvo el orden para dejar su portería a cero por primera vez en nueve encuentros oficiales.
El pitido final trajo alivio y esperanza. Después de semanas de dudas, el Liverpool logró un triunfo necesario, no solo por los puntos, sino por la sensación de solidez recuperada. Con el Real Madrid en el horizonte, el conjunto inglés parece haber encontrado el impulso justo a tiempo para soñar con una revancha europea.
