La Copa del Mundo de 2026 no solo será la primera con 48 selecciones, sino también el primer torneo que utilizará un sistema de cabezas de serie inspirado en los grandes eventos del tenis, como Roland Garros o Wimbledon. Este cambio representa una modificación profunda en la manera en que se estructuran los grupos y, sobre todo, en cómo la FIFA busca garantizar un torneo más equilibrado y más atractivo comercialmente.

¿En qué consiste el “sistema tipo tenis”?
Tradicionalmente, la FIFA solo colocaba como cabezas de serie a ocho selecciones (o, para 2026, a las 12 mejores) basándose en el ranking mundial, mientras que el resto se distribuía por confederaciones y sorteo.
Con el nuevo método, el Mundial tendrá una lista jerárquica completa, ordenada del 1 al 48. Similar a un Grand Slam, donde se acomoda a los jugadores según ranking, la FIFA ubicará a cada selección siguiendo criterios deportivos recientes —ranking FIFA, desempeño en eliminatorias y torneos continentales— para distribuirlas en los 12 grupos de cuatro equipos.
El objetivo es que la calidad quede mejor repartida y que los duelos entre potencias ocurran en fases más avanzadas.

¿A quién favorece este nuevo formato?
1. A las selecciones top históricas
Países como Brasil, Argentina, Francia, Alemania o Inglaterra se aseguran grupos más accesibles. Su ranking alto y regularidad les garantiza quedar en los primeros puestos de la lista, evitando cruces tempranos entre gigantes.
2. A los combinados emergentes de buen presente
Selecciones en ascenso —como Marruecos, Japón o Croacia— también se benefician, ya que su rendimiento reciente les permite escalar posiciones y evitar rivales pesados en la fase inicial.
3. A la FIFA y a los broadcasters
Menos “grupos de la muerte” y más presencia de potencias en fases avanzadas significa partidos de mayor audiencia, más previsibilidad competitiva y más seguridad para las cadenas que pagan derechos multimillonarios.

¿Quiénes salen perjudicados?
Las selecciones de confederaciones menores, especialmente de África, Asia y Concacaf, que históricamente han tenido menos regularidad en el ranking.
Antes podían aspirar a caer en un grupo relativamente accesible por el azar del sorteo; ahora, al quedar ubicadas al final de la lista, enfrentarán casi siempre a uno o dos rivales de jerarquía superior.

¿Por qué la FIFA adopta este modelo?
1. Para reducir la “inflación de sorpresas”
Con 48 selecciones, el riesgo de que grandes potencias queden afuera temprano aumenta. Un sistema más ordenado ayuda a evitarlo.
2. Para hacer el torneo más comercial
Los enfrentamientos entre gigantes generan las audiencias más altas. La FIFA quiere garantizar que esos choques se den cuando más conviene: octavos, cuartos o semifinales.
3. Para “premiar la constancia”
Según el propio organismo, el objetivo es reconocer el rendimiento sostenido y no solo un buen día en el sorteo.




