Después de un magnífico juego entre Carlos Alcaraz y Jannick Sinner, el español celebró a lo grande, como marca la tradición, pues se trató de su segundo trofeo de Roland Garros de forma consecutiva y el quinto Grand Slam en su carrera.
El duelo de Alcaraz y Sinner pasó a la historia como uno de los más largos en la arcilla francesa y el segundo en toda la historia de Grand Slam, con una duración de cinco horas y 29 minutos.

UNA CELEBRACIÓN FIEL A LA TRADICIÓN
Tras coronarse por segundo año consecutivo en París, el tenista español celebró en la pista, posteriormente acudió con su familia y amigos cercanos al restaurante de comida italiana, Sienna, justo al lado del hotel Villa Marquis, lugar donde se hospedaba durante el torneo.
Como marca la tradición, todos los asistentes deben firmar un plato y colgarlo, acto que repitió Alcaraz.

SIN MÁS POR EL MOMENTO
Posterior a su comida y el gran festejo que hubo en el restaurante en su honor, el atleta se retiró del restaurante a una hora considerable, esto debido a que tenía que regresar al día siguiente a España debido a problemas personales.
Alcaraz tomará un descanso en Madrid, ya que tres días después tomará rumbo para disputar el torneo de Queen's.





