La tensión internacional entre Estados Unidos y Rusia ha escalado a un nuevo nivel. El presidente Donald Trump anunció el despliegue de dos submarinos nucleares tras las declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvédev, a quien acusó de lanzar amenazas peligrosas.
“Ante las provocadoras declaraciones del ex presidente ruso Dmitri Medvédev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, he ordenado el despliegue de dos submarinos nucleares en las regiones correspondientes, por si acaso estas declaraciones insensatas e incendiarias fueran más allá”, escribió el estadounidense en su red Truth Social.
El mandatario republicano agregó: “las palabras son muy importantes y, a menudo, pueden tener consecuencias imprevistas; espero que este no sea uno de esos casos”.

Ultimátum en la mira
Las declaraciones del magnate llegan luego de que Medvédev criticara abiertamente el ultimátum impuesto por Washington para detener la guerra en Ucrania. En su cuenta de X, el político ruso fue claro: “Trump está jugando al juego de los ultimátum con Rusia: 50 o 10 días... Él debería recordar dos cosas. Primero: Rusia no es ni Israel ni incluso Irán. Y segundo: cada nuevo ultimátum es un paso hacia la guerra. No entre Rusia y Ucrania, pero con su propio país”.
Trump, en tono desafiante, redujo el plazo a Moscú a solo 10 días para pactar una tregua en el conflicto, lo que ha encendido las alarmas a nivel global.

El costo humano de la guerra
En otro mensaje difundido este viernes, Trump detalló las pérdidas humanas en el frente: “¡Muchas muertes innecesarias! Ucrania, sin embargo, también ha sufrido mucho. Ha perdido aproximadamente 8.000 soldados desde el 1 de enero de 2025, y esa cifra no incluye a los desaparecidos”.
El balance presentado por el exmandatario estadounidense indica que solo en junio habrían muerto 20 mil soldados rusos, lo que elevaría el total anual a más de 112 mil elementos.
Con su conocida retórica directa, Trump aprovechó para lanzar una crítica a su antecesor Joe Biden, a quien responsabilizó por permitir que la guerra se descontrolara: “Esta es una guerra que nunca debería haber ocurrido. ¡Solo estoy aquí para ver si puedo detenerla!”.
Mientras tanto, el mundo observa con incertidumbre si las tensiones verbales se traducen en una escalada militar real, o si la diplomacia logra imponerse antes de un conflicto mayor.





